miércoles, 10 de marzo de 2010

I. Jiménez:'El Exorcista es una de las primeras películas que habla al subconsciente'

El cine de terror se adapta a las formas de entender el miedo en diferentes épocas y culturas. Juegos de sombras y sucesos paranormales generan esa tensión que sólo el miedo puede proporcionar.

Iker Jiménez dirige y presenta Cuarto Milenio. (Foto publicada en cadenaser.com) Iker Jiménez participó en el I Festival de Series de Madrid para acercarnos a las claves del pánico. Repasó algunas de las escenas más terroríficas de la ficción y su relación con representaciones prehistóricas.

Más allá de la cultura o de la época, existen determinados sentimientos que afloran en todas las personas. Según Iker Jiménez, la cuestión principal es averiguar por qué las culturas, a través de diferentes símbolos e imágenes, han generado los mismos miedos.

Hace 12.000 años, explica el periodista, se celebraban rituales en los que las personas danzaban con máscaras. Éstas se confeccionaban con calaveras, piel y pelo reales. Incluso los niños bailaban con trajes hechos de piel humana.

En la cultura egipcia el miedo lo encarnaban aquellos que sufrieron muertes violentas. Su espíritu no podía abandonar el lugar y vagaba errante por los alrededores. "Aquí tenemos la primera muestra de esto que va a ser utilizado por toda la industria del cine y la literatura. Son la primera imagen de los fantasmas", señala Iker.

La idea de los vampiros en los inicios del siglo XX dio un giro en la película Nosferatu. La atmósfera de sombras creadas con telas, envolvían a un portador de enfermedades y muerte. Era inconcebible imaginarlo como una figura tierna capaz de amar. El fracaso del film tuvo su origen, como comentó Jiménez, en el excesivo terror que provocaba a los espectadores.

Los tiempos cambian y con ello las cosas que nos atemorizan. Un nuevo engrendro, el zombie, acaparó los guiones cinematográficos. "El muerto que regresa para matarte", explica el presentador de Cuarto Milenio.

Una de las imágenes que más ha atemorizado durante generaciones es la máscara de ojos vacíos. Iker Jiménez justifica su importancia en el cine porque "en los ojos está el ánima". Representa la sonrisa siniestra y los ojos huecos del que ve sin ver. La saga Saw retomó la imagen del mal encarnado en un hombre que se esconde tras una máscara.

Pero si hay una película de terror que ha provocado escenas de pánico durante décadas, esa es El Exorcista. Iker comentó la sensación de película maldita que se cierne sobre ella. El director y los guionistas recurrieron a códigos muy remotos para aterrorizar a toda una generación. "Un tipo en el año 1973 descubre que ya no sólo hay un terror directo, sino que también hay cosas que se pueden colar como sin ser vistas, aunque tu interior las ve". Con estas palabras el periodista se refirió a la inclusión de imágenes subliminales que contenía la película.



Imágenes subliminales que aparecen en la película El Exorcista. (Fotos:lamiradademagano)

El cine de terror aporta millones de dólares a la industria cinematográfica y, mientras la gente pague por ello, los cineastas seguirán dando miedo.

lamiradademagano

sábado, 6 de marzo de 2010

La dama del castillo

Una de nuestras lectoras nos ha enviado esta historia. Nos aseguró que era tan real como que ella había estado presente. Afirma que aún no ha podido olvidar aquellas vacaciones que pasó de intercambio en Inglaterra.

Todo sucedió una noche de verano. Después del trabajo los chicos nos reunimos en una conocida cervecería del pueblo pesquero en el que pasamos las vacaciones de verano para intentar desconectar de la dura jornada alrededor de una buena pinta.
Peter sugirió dar una vuelta y enseñarme el antiguo castillo, y yo lo consideré una buena idea.

Aparcamos el coche y comenzamos a andar. Tuvimos que atravesar el bosque al menos durante diez minutos hasta que llegamos a la explanada del castillo. La luna llena lo iluminaba todo.

Pete y Matt se atrevieron a acercarse mientras Claudia y yo hacíamos fotos a la majestuosidad del castillo, pero ninguna salió como esperábamos.Corrimos hasta alcanzar a los chicos y los cuatro nos aproximamos a la puerta principal. Pude observar que el castillo estaba completamente derruido, sólo quedaba en pie una de las dos torres, fue una visión tétrica, sin embargo, lo que permanecía intacto era el patio central.

De repente vimos una sombra, pensamos que sería alguna pareja que se ocultaba de las miradas de los curiosos, pero no era así. Una figura salía de la galería y se adentraba lentamente en el patio, recorriéndolo de lado a lado. Era una mujer porque su vestido arañaba el suelo y porque su pelo caía entrelazado sobre su espalda.
En esos momentos quise gritar pero no pude. Quise correr pero mis pies se paralizaron.

Claudia, haciendo un alarde de oportunidad, disparó con su cámara de fotos, y el flash hizo que la dama de blanco se volviera hacia nosotros. Nos miró fijamente, entornando los ojos y dejando ver una sonrisa que nada tenía de cordial.En un instante fugaz estaba pegada a los barrotes de la puerta principal, el hierro forjado se volvió hielo, y mis manos se quedaron inmóviles entre las suyas. Su mirada era profunda, y parecía realmente enfadada.

Sólo noté como unos brazos me agarraban y tiraban de mí hacia el bosque. Pete me llevaba al vuelo mientras corríamos por el bosque camino al coche. No miramos atrás.
Cuando llegamos al coche, las puertas no abrían, y Claudia comenzó a gritar señalando detrás de nosotros. La mujer se acercaba, lentamente, sonriendo, con las manos entrelazadas en su vientre. Al fin las puertas se abrieron, y entramos rápidamente en el coche, con la misma rapidez que ella apareció en la ventanilla y nos mostró su cuello. Una enorme cicatriz lo adornaba como un collar. Pete era incapaz de arrancar, y la dama reía a carcajadas. En un instante desapareció.

Cuando conseguimos reponernos llamamos a una grúa para que remolcara el coche, y regresando a casa el mecánico se sorprendió de lo atrevidos que habíamos sido por adentrarnos en el bosque la noche del 12 de julio: “Cuenta la leyenda que en la época de los reyes y los castillos, un monarca se enamoró de una de sus sirvientas. Intentó ocultarlo temiendo la furia de la Reina, pero un día, la sirvienta le amenazó con contar todo si no le daba un hijo. El Rey temiendo que cumpliera su amenaza la citó en el patio del castillo a la medianoche de un 12 de julio. La dama acudió sola, vestida de blanco, y esperó la llegada de su amante. Una presencia se acercó por detrás y la abrazó mientras degollaba su cuello lentamente con una espada de plata. Nadie supo nunca quién fue su asesino, ni siquiera ella, pero las lenguas de la época cuentan que antes de morir le dio tiempo a susurrar a su asesino que le perseguiría por toda la eternidad y le devolvería el agravio. Si alguien se encuentra con ella la noche del 12 de julio firma su sentencia de muerte. Pero no os preocupéis sólo son leyendas”

Cuando revelamos las fotos de aquella noche, observamos con atrocidad que en una de ellas, la que había desatado la furia de la dama de blanco, aparecía una sola figura en el centro del patio. Una mujer con una capa de terciopelo azul, una corona de oro sobre la cabeza y una espada desenvainada entre las manos ensangrentadas.

miércoles, 3 de marzo de 2010

La niña de las uñas de sangre

"Cuentan las leyendas..." ¿Quién no ha recitado esta frase alguna vez o la ha escuchado mordiéndose las uñas? Desde La Mirada de Magano queremos trasladaros algunas de las leyendas y mitos que circulan sobre espíritus, fantasmas, fenómenos paranormales... De momento, ahí va una leyenda que ha llamado nuestra atención. Se titula... La niña de las uñas de sangre.

Cuentan las leyendas que una niña paseaba por su pueblo en busca de una muñeca. Entró en un anticuario dónde vio una de largas y rojas uñas, que llamó su atención. Ajena a la advertencia del dependiente de la tienda, que le dijo que la muñeca estaba poseída por el diablo, la niña la compró. Así, con la muñeca bajo el brazo llegó contenta y feliz a su casa. Por la noche, en lo que ella creyó que era un sueño, la niña escuchó como la muñequilla decía: "he matado a dos, ya sólo me faltan ocho". A la mañana siguiente encontró a sus padres degollados y, a sus pies, la muñeca tirada en el suelo sin dos uñas.

Asustada, corrió a arrojarla al río y huyó a casa de sus abuelos. Esa misma noche, las palabras se repitieron: "ya he matado a tres, sólo me faltan cinco". Y econtró a los ancianos y a su perro degollados al lado de la muñeca, a la que le faltaban las uñas de una mano. Horrorizada, la niña corrió de nuevo hacia el río para arrojar la muñeca. Esta vez, la casa de una amiga fue su refugio. Y por la noche... "he matado a dos, sólo quedan tres". Aquella noche la muñeca agarró fuertemente a la niña del tobillo derecho, pero la pequeña logró deshacerse de ella y tirarla de nuevo al río.

Presa del pánico huyó a casa de sus tíos sabiendo lo que oiría al caer el sol. Y así fue: "he matado a dos, ya sólo quedas TÚ". La niña contempló a sus tíos degollados y cuando se dio la vuelta... ¡la muñeca ensangrentada apretó su última uña con fuerza sobre la sien de la pequeña!


¿Te atreves tú a contarnos una leyenda? ¿La que siempre has contado con tu grupo de amigos? ¿La que circula por tu pueblo o ciudad? ¿O tal vez tienes una de cosecha propia? ¿Cónoces algún mito? Desde La Mirada de Magano estamos encantadas de compartir todos los misterios que conozcáis.

Descubre los secretos del esoterismo

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